La producción de alimentos ecológicos se ha incrementado de manera extraordinaria en Europa a lo largo de las últimas décadas gracias a la demanda del consumo, el desarrollo de un marco normativo y la implementación de políticas públicas de apoyo.
La producción ecológica implica un conjunto de prácticas, manejos agroecosistémicos y cadenas de distribución alternativas que prefiguran un modelo idóneo para la transición hacia un futuro sistema alimentario sostenible. Pero el entorno normativo, económico, social y político europeos han contribuido a que este sector presente ciertos desequilibrios y vulnerabilidades que plantean dudas acerca de su papel en la transición alimentaria. A esto se suma el fenómeno de la convencionalización que ha sido señalado por diversos autores como un proceso en el que la producción ecológica imita a la convencional en la forma de producir, comercializar e incluso consumir, disminuyendo los beneficios ambientales, económicos y sociales que se le presuponen.
Una serie de artículos publicados por algunos investigadores de Alimentta han tratado de analizar este fenómeno a través de varios estudios de caso. En Andalucía se realizó un estudio a nivel regional por su representatividad en el conjunto del sector ecológico español (Ramos-García et al., 2018). Posteriormente se particularizó el estudio de sostenibilidad en los sistemas de ganadería ecológica de vacuno y de porcino del suroeste peninsular (Andalucía, Extremadura y Castilla León) a través de un estudio centrado en indicadores del metabolismo biofísico y otro en los aspectos socio-económicos.
Una de las principales observaciones es que los modelos extensivos basados en el pastoreo y una baja intensificación han destacado por los servicios ambientales y sociales que aportan (en su mayoría explotaciones familiares) y sin embargo presentan debilidades socioeconómicas que los hacen tremendamente vulnerables y en serio peligro de abandono. Las políticas públicas deben jugar aquí un papel relevante en el mantenimiento de las explotaciones familiares.
El impacto de las políticas públicas en la sostenibilidad de la producción ecológica europea
El papel de las numerosas políticas públicas aplicadas en Andalucía ha potenciado tremendamente su impresionante crecimiento, pero también ha influenciado su sostenibilidad en el medio y largo plazo.
Las ayudas agroambientales dirigidas a la superficie ecológica se han concedido sin añadir criterios de sostenibilidad, de integración territorial o de mercado. Esto ha llevado a que se produzcan grandes cantidades de alimentos ecológicos que acaban en el mercado convencional (principalmente carnes) sin que los productores reciban un precio-premio.
La dependencia de las ayudas respecto a la renta percibida por los productores ecológicos es algo que ha de estudiarse de manera más precisa en función de la tipología de producto y los tipos de sistemas. En cualquier caso, es necesario rediseñar las ayudas en toda Europa, atendiendo más a una necesidad de asesoramiento, acompañamiento y compensación por las externalidades que genera, que como un subsidio.
El nuevo marco europeo de la PAC (2023-2027) que financiará la producción ecológica es cada vez menos incentivador para que los productores convencionales se planteen dar el paso a este sector. Debido a un diseño deficitario en los apoyos al sector ecológico, se han desatendido factores que permitan, por ejemplo, el desarrollo de canales cortos de comercialización y consumo. Tampoco ha existido un mecanismo para favorecer la producción de leguminosas y otras materias ecológicas para alimentar al ganado.
Siguen faltando políticas públicas dirigidas a cubrir la demanda interna y a evitar la dependencia de las importaciones de productos que no existen a nivel local. Paradójicamente, se ha favorecido la exportación.
El enfoque hacia una nueva Agroecología Política en Europa está aún en construcción y no exenta de retos que pasan por consensuar los criterios agroecológicos entre los actores implicados en el proceso de transición y superar las contradicciones de los marcos políticos de la Unión Europea
Ganadería de pastoreo y los sistemas ecológicos de la dehesa mediterránea como ejemplo de sostenibilidad ambiental y eficiencia energética
La aplicación del Metabolismo Agrario como herramienta de evaluación de la ganadería ecológica a través de los flujos de materias y energía que circulan en las explotaciones permitió identificar aquellos manejos más sostenibles.
Diversos estudios han demostrado cómo los sistemas mediterráneos de ganadería de pastoreo son un ejemplo de sostenibilidad ambiental por los servicios ecosistémicos que generan y su contribución al mantenimiento de la agricultura familiar. Pero por otro lado son altamente vulnerables por los efectos del cambio climático y del contexto socioeconómico que les caracteriza.
En los sistemas ecológicos extensivos de vacuno y porcino del suroeste español se ha observado cómo todos ellos, en menor o mayor medida, contribuyen a la transición energética y a la provisión de servicios ecosistémicos, además de invertir en la producción de biomasa para mantener su sostenibilidad en el largo plazo. De entre ellos destacaron los sistemas adehesados que realizan cebo en la explotación y suministran a la sociedad carne de pastoreo de alta calidad. Éstos mostraron ser los más sostenibles gracias al manejo de los pastos, el equilibrio entre la biomasa cosechada y la no cosechada (aporte a la conservación de la biodiversidad), las cargas ganaderas equilibradas y en gran medida gracias a la presencia del estrato arbóreo. Los árboles de la dehesa sirven como sumidero de carbono y son fuente de sustento de las cadenas tróficas, pero también mejoran el bienestar animal, proveen de alimento para el ganado y son fuente de energía renovable como la leña. Se ha observado el relevante papel que juega el pastoreo en la regulación biofísica y la sostenibilidad de los sistemas. Tan importante es no incidir en un aprovechamiento excesivamente intensivo del pasto (over-grazing) como una infrautilización del mismo. Dentro del estudio se ha visto que las denominadas “self-sufficient dehesas with their own crops” corren el riesgo de una baja contribución al control de incendios por la baja utilización de los pastos.
El tipo de especie o el número de especies distintas presentes en granja per se no ha arrojado diferencias entre modelos en términos de eficiencia energética. Sin embargo, la funcionalidad ganadera obtenida a través del uso de razas adaptadas localmente combinado con una carga ganadera adecuada sí ha permitido ver diferencias claras en el caso del porcino ibérico versus el porcino blanco. Tales diferencias indican que el porcino Ibérico es elegido por los ganaderos debido a su capacidad para pastorear y aprovechar la montanera.
Las estrategias de los sistemas ganaderos mediterráneos en el contexto socioeconómico y político
Los resultados de los tres estudios muestran que no existe un modelo único de gestión bajo la certificación ecológica. Existe un crisol de modelos que muestran diferentes grados de autonomía, eficiencia y generación de servicios ecosistémicos. Entre las estrategias identificadas se encontraron dos vinculadas a una mayor intensificación y especialización: una basada en la utilización de los propios recursos y otra basada en la utilización de recursos externos. Por otro lado, se encontraron otras dos estrategias de baja intensificación: una basada en una buena adaptación territorial en base a recursos propios y otra en la mano de obra familiar y las bajas inversiones.
Se detectaron algunos desequilibrios y signos de convencionalización, sin embargo, no se puede hacer una afirmación generalizada de la existencia de este proceso dado que afecta de diferente manera en función del sector productivo y a diferentes eslabones de la cadena de valor. En los ejemplos estudiados de vacuno y porcino extensivos, se comprobó que este fenómeno no tiene apenas presencia en la parte de la producción, aunque sí en la comercialización y en algunos indicadores sociales. En el caso del sector semintensivo del porcino blanco sí se observó que es el modelo que presenta menor autonomía, esto es, menos sostenible y más convencionalizado en su manejo en comparación con los otros modelos. Es, a su vez, un sector importante en ciertas regiones para suministrar carne ecológica de cerdo en los canales locales.
Varios aspectos fueron identificados afectando de manera importante a la autonomía en los sistemas ganaderos: la venta en el mercado convencional y en canales largos, la dependencia energética y de recursos alimentarios (principalmente de la importación de soja ecológica), el uso de razas ganaderas no adaptadas, la falta de asociacionismo, la especialización y la falta de relevo generacional.
Ninguna de estos modelos ecológicos es totalmente sostenible, pero todos aportan servicios complementarios a la sociedad (ambientales, sociales y económicos) vinculados a su estrategia. Las debilidades encontradas en cada modelo son consecuencia de aspectos estructurales y de contexto. Algunos indicadores socioeconómicos influyen fuertemente en las decisiones que toman (edad, posibilidades de relevo generacional, posibilidades de acceso a la tierra o expectativas económicas en función de las oportunidades del territorio).
Los modelos extensivos basados en el pastoreo y una baja intensificación han destacado por los servicios ambientales y sociales que aportan (en su mayoría explotaciones familiares) y sin embargo presentan debilidades socioeconómicas que los hacen tremendamente vulnerables y en serio peligro de abandono. Las políticas públicas deben jugar aquí un papel relevante en el mantenimiento de las explotaciones familiares.
Recomendaciones políticas para apoyar la ganadería de pastoreo
Es el momento de poner en marcha políticas públicas dirigidas a solventar las vulnerabilidades de cada uno de los modelos ecológicos encontrados. La convencionalización de la producción ecológica no es un fenómeno inevitable dado que puede ser influenciado (positivamente) también desde las políticas públicas.
La Agroecología Política es el marco para el diseño de nuevas políticas públicas dirigidas a la producción ecológica que fomenten su autonomía y reconozcan el papel de este sector para la transición alimentaria y la generación de servicios a la sociedad.
En el caso del vacuno y del porcino ecológicos es el momento de desarrollar:
- Políticas de reconocimiento de los servicios ecosistémicos que están generando algunos de los modelos estudiados y del establecimiento de un pago en función del tipo de servicio que provean: conservación de razas, extinción de incendios, mantenimiento de cadenas tróficas (biodiversidad), reciclaje de biomasa, bienestar animal, mitigación del cambio climático, conservación del patrimonio cultural y los saberes del manejo del medio, empleo local, provisión de carne ecológica y de calidad a la sociedad (carne de pastoreo).
- Incentivos al uso de razas autóctonas que resulten exitosos. Estas medidas han de combinarse con la promoción a nivel local del consumo de estos productos ensalzando su calidad y externalizades positivas en los mercados locales (carne de pastoreo ecológica de origen local).
- Apoyo al desarrollo de mercados locales que satisfagan la demanda interna: la transformación industrial, el desarrollo de estructuras territoriales que favorezcan la realización de cebo ecológico en las explotaciones o entornos cercanos, la producción a escala territorial de insumos ecológicos y el desarrollo de la compra pública agroecológica como motor de escala.
- Mejorar la sostenibilidad ambiental del porcino blanco y algunos sistemas extensivos ecológicos a través de políticas que favorezcan la introducción de árboles o ayudando a la mejora de las condiciones sanitarias de los encinares; el incremento de las cargas ganaderas que están infradimensionadas; la potenciación de sistemas mixtos ganadería-agricultura o de acuerdos territoriales entre ganaderos y agricultores para mejorar el acceso a recursos alimentarios de origen local.
- Políticas de organización territorial, dentro de unos límites biosfísicos sostenibles para la producción de materias primas de alimentación animal. Estas políticas deben hacer especial hincapié en la producción de leguminosas grano mediterráneas para la alimentación animal, sumado al apoyo a las inversiones individuales y colectivas para cerrar el ciclo de cebo ecológico a nivel local.
- El relevo generacional facilitando el acceso a la tierra y poniendo a disposición los pastos comunales sin restricciones normativas para su calificación como ecológicos. La mejora en el acceso a los medios de producción y la rentabilidad de la actividad agraria per se, serán incentivos al relevo generacional de los jóvenes.