La logística se ha convertido en una cuestión central en el sistema alimentario, siendo muchas veces el cuello de botella a la hora de impulsar nuevos sistemas alimentarios locales.
El sistema alimentario global está organizado en zonas hiperintensivas de producción especializada y en canales de comercialización largos. Esto crea territorios sumamente desiguales y graves consecuencias ambientales. La cuestión se agrava en el medio rural, donde según Guadalupe Ramos, de la Universidad de Valladolid, el abastecimiento de alimentos presenta particularidades que hacen pensar en la existencia de desiertos alimentarios, donde la población que no tiene huertos propios o acceso a venta ambulante tiene, por ejemplo, mayores problemas para adquirir alimentos frescos o saludables. Los precios en municipios pequeños son también significativamente mayores respecto a la ciudad debido a la complejidad del sistema predominante de distribución.
La agricultura y la ganadería familiar, así como las pequeñas producciones agroecológicas, se encuentran a menudo dispersas o desestructuradas a lo largo del territorio, por lo que la tarea de reconstruir, relocalizar y reforzar los sistemas alimentarios locales de base agroecológica no es fácil. La solución para estas iniciativas pasa por salir del individualismo, donde un mismo productor produce, transforma, distribuye, hace difusión o divulgación.
Por ello, hay que reestructurar el sistema alimentario creando alianzas y cooperación entre eslabones de la cadena alimentaria, reorganizando su funcionamiento y mejorando su eficiencia. Los hubs o centros logísticos alimentarios son figuras que tratan de dar respuesta a todos estos procesos, a la par que impulsan la articulación de un modelo productivo agroecológico en el espacio rural y, por lo tanto, son protagonistas en su lucha contra la despoblación rural y la carencia de alimentos de calidad.
Entre estas iniciativas de food hubs, todavía muy minoritarias, encontramos una diversidad de figuras desde el punto de vista de la propiedad, existiendo los food hubs públicos, privados-cooperativos o privados-individuales.
Sus objetivos también pueden ser muy distintos, entre ellos pueden estar el abaratamiento de costes, la distribución compartida, la reducción de la carga laboral de las iniciativas de producción ecológica, la organización de las producciones en el territorio, la ampliación de la oferta a una mayor diversidad de alimentos, la implementación de procesos de formación y acompañamiento a sus socios, abastecer a otras iniciativas de productos agroecológicos, como la restauración colectiva, etc.
El acceso a instalaciones compartidas tiene un papel fundamental de cara a la sostenibilidad de estos proyectos, aprovechando al máximo el capital y los materiales invertidos, así como permitiendo agrupar la distribución y con ello desmontar el mito científico de que las cadenas cortas son menos eficientes que las largas.
¿Cómo operan los hubs de alimentación?
En este episodio de la tercera temporada de ¿CÓMO COMEMOS?, el podcast de Alimentta, descubrimos cómo operan los food hubs y su rol en la articulación de un modelo productivo agroecológico en el espacio rural.
- Fanny Diez. Gestora de la Asociación de Productores, Elaboradores y Tiendas Ecológicas VallaEcolid.
- Jon Garai. Coordinador de Ekoalde.
- Modera: María Ramos, socia fundadora de Alimentta e investigadora en Cicytex.