Manifiesto por las Legumbres, la proteína más inteligente
Las legumbres son un elemento clave de la dieta mediterránea. Presentan importantes ventajas a lo largo de la cadena alimentaria, siendo fundamentales para frenar el abandono del campo, mejorar la calidad de las dietas y reducir la insostenibilidad del modelo agroalimentario dominante. Sin embargo, su producción se encuentra en franco retroceso en España.
Reivindicar sus beneficios y recuperar su presencia en nuestras mesas permitiría abordar de forma simultánea varios de los grandes retos que enfrenta el sistema agroalimentario estatal.
Nutricionalmente, las legumbres –como el garbanzo, la lenteja o la judía– son una fuente de proteína vegetal de alta calidad, ricas en fibra, vitaminas, minerales e hidratos de carbono de absorción lenta, lo que favorece la saciedad y un aporte energético sostenido. Aportan hierro y calcio (contenido similar a los lácteos) y son muy versátiles en la cocina, ideales para reducir el consumo de carne. Su comercialización en seco permite su venta a granel y en envases reutilizables. En el campo, las leguminosas –como la veza o la alfalfa– son aliadas fundamentales para la fertilización de los agroecosistemas. También pueden emplearse en piensos animales, reduciendo la dependencia de importaciones para la alimentación del ganado.
Por ello, desde Alimentta hacemos un llamado a gobiernos, instituciones, organizaciones del sector agrario y entidades de la sociedad civil a sumarse a la recuperación de las legumbres como pilar de un sistema alimentario saludable, sostenible y justo.

Por una acción colectiva
A pesar de sus numerosos beneficios, el impulso a la producción de leguminosas enfrenta obstáculos estructurales que solo pueden superarse con herramientas legislativas, financieras y técnicas que respalden decididamente este cultivo estratégico. Aunque tanto la Estrategia Nacional de Alimentación (ENA) como el Plan Estratégico de la PAC (PEPAC) 2023–2027 reconocen su valor en la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles, esta consideración no se traduce en medidas de apoyo concretas y suficientes. La ENA carece de una hoja de ruta para fomentar su cultivo, y el PEPAC, pese a contemplar ayudas para determinadas especies y semillas certificadas, son insuficientes y excluye incentivos específicos para la producción ecológica o para su transformación y comercialización local.
La revitalización de la producción de leguminosas no puede esperar más. Apostar por legumbres locales y ecológicas es una necesidad urgente, junto con el apoyo de otras proteínas saludables como las provenientes de la pesca sostenible de cercanía. Esta transición requiere el compromiso de todos los actores de la cadena alimentaria.
Desde Alimentta, las entidades aliadas, y las personas y entidades adherentes a este manifiesto, instamos a avanzar hacia un futuro en el que las leguminosas sean el eje de un sistema alimentario saludable, sostenible y justo.